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28 diciembre, 2015

Oda a un poeta desconocido | Ode to an unknown poet

Paráfrasis de un pensamiento del escritor Gabriel Rodríguez,
extraído del libro «Limitaciones», publicado en 1975 por la Dirección de Cultura de la UCV.


Pudo esparcir sus versos en el aire,
allí donde del mundo estaba a salvo
su orgullo de demonio sin nombrar,
su rabia convertida en un disparo;
descabalgar las bestias de la aurora
o sumarse al concierto de los astros,
yacer bajo una lápida sin nombre
o erguirse sobre sí, inmenso, intacto.

Pudo hablarnos de rosas inauditas,
llenarnos de luciérnagas las manos,
hundirnos en los folios de su sangre,
anclarnos a sus ojos visionarios;
acercarnos a todo lo inasible,
lapidar con estrellas los vocablos,
morder el éter de la fantasía,
inaugurar los predios de lo arcano.

Pudo ser y no ser porque la vida
es un paisaje hoy, mañana espanto,
armonía imperfecta, sol ardiente
escalfándose lento en el ocaso.

Pero nada fue así… y, tristemente,
todo es tan diferente y tan extraño:
un hombre fuma en medio de la noche
y detrás de la brasa del cigarro
un mundo de suplicios y de fuego
enciende su corola de arrebatos…



© ELHI DELSUE

19 diciembre, 2015

Negación del amor | Denial of love



Vengo del fondo de la tierra misma.
Raíz de lluvia soy, cieno y tinaja,
soy de la oscuridad negra navaja,
brasa ardiente en el frío del sofisma.

Mi verso es como el ave que se abisma
buscando entre lo bello una migaja,
una rosa de luz que se desgaja
pétalo a pétalo en su limpio prisma.

Vivir, morir tan solo es el reflejo
de lo que soy, el tímido trebejo
que elude los escaques de la ausencia.

Y soy feliz así porque en el fondo,
allí de donde vengo, en lo más hondo,
es donde no me alcanza su presencia.



© ELHI DELSUE

03 diciembre, 2015

La crítica | The criticism

(Inspirado en el artículo publicado en la Revista Ultraversal 3 «De odios necesarios y otras literaturas»
del escritor Gavrí Akhenazi, y a él dedicado)



Parecía en el fondo de su fosa
un souvenir de la desidia humana…
Su voz, que de la lengua fue soldado,
yacía en la conciencia sepultada
y era una piedra oscura enmohecida
su corazón de cáñamos y dalias.

Allí estaban, al pie de su sepulcro,
los pseudos más sesudos con la farsa
de su gran "patrimonio emocional",
sus berrinches pueriles y patrañas,
sus moldes y su ego, sus falencias,
la métrica excusándoles la plana,
sus imposturas y sus fondos Disney
y el ludismo en su forma más prosaica.

Allí estaban, al pie de su sepulcro,
con sus negros crespones y corbatas,
sus versos con olor a naftalina,
estériles las sienes de metáforas
y el tosco diccionario de clichés
y la obvia torpeza en la palabra.

Nunca hallarán el tiempo que no sea
el de ver sus ombligos y medallas,
abonarán las sendas del elogio,
crecerá entre las rosas la cizaña.
La matarán mil veces, como aquella
canción de Soledad a la cigarra,
pero mil veces resucitará
con la fuerza que tiene la esperanza.

La crítica es amor, es altruismo,
no el indigno argumento que difama,
una cantera de la poesía,
un remanso de tinta, una ventana,
un ejercicio humano, una virtud,
una espada en la roca literaria.



ELHI DELSUE
03.12.15

Gavrí Akhenazi (Córdoba, Argentina, 1956). Profesor de Historia, Licenciado en Ciencias de la Educación y militar. Literatura exclusivamente testimonial. Ha participado como miembro voluntario en numerosas misiones humanitarias en todo el planeta, la mayoría de ellas en el África subsahariana. Conjuntamente con la poeta española Morgana de Palacios, dirige en la actualidad el Taller Virtual de Crítica y Perfeccionamiento literario www.ultraversal.com

01 octubre, 2015

Arcoíris | Rainbow

 


Jadea el calendario de septiembre
y la tierra presagia un aguacero…
Un céfiro de nubes se aglomera,
canta la lluvia sobre los aleros
y un haz de siete espigas sujetadas
por un lazo invisible surca el cielo.

Abre el rojo su boca, lame el aire,
los bucares se encienden a lo lejos,
el rocío se esparce como escarcha
que ilumina los nichos del recuerdo
y una ristra de mudas corocoras
rasga despacio de la tarde el velo
mientras mi corazón, como un aljibe,
hinche de sangre el infinito cuenco.

¡Ay, amor, si estuvieras!, si supieras:
ya los rubios jazmines florecieron
y los helechos guardan sus esporas
en el vientre de un viejo invernadero.
¡Ay, amor, si estuvieras mirarías
al sol brillar de júbilo en los cerros
y a la glauca saliva de la hierba
cubrir de vida el desolado suelo!

¡Ah, qué lindo cintillo hubiera sido
ese hermoso arcoíris en tu pelo!,
lazada azul de un génesis celeste,
lívidamente gris, añil soberbio
con ribetes de piedras verde espuma
cayendo levemente por tu cuello.
¡Ah, tu voz, campanadas invencibles!
¡Ah, tu risa, violetas en silencio!

Todo termina ya, todo se esfuma,
pero queda en el alma como un eco
la fascinante luz de una acuarela
que blanca se diluye sobre el lienzo
y se vuelve lirismo que renace
en la palabra eterna que es el verso.



ELHI DELSUE

09 agosto, 2015

Réquiem a dos voces | Requiem for two voices

  

«Cuando miré el primero de todos mis cadáveres
fue la primera vez que en verdad sentí miedo…»
...

Reposaba en la mesa de aquella morgue fría
con los ojos abiertos como buscando el cielo,
con un velo de polvo cubriendo mis pupilas
y mis frágiles manos cruzadas sobre el pecho.

Un rictus de temor en mi rostro bullía...
Tenía el corazón terriblemente ileso,
ungida ya la frente, lívidas las mejillas
y truncado en los labios el postrer Padrenuestro.

Allí estaba, dormido en mi cuna sombría;
mi madre me arropaba con un manto de besos
y en la suprema hora, tan siniestra y tan íntima,
bendije haber nacido de su amoroso seno.

Sentí miedo de ser de la Muerte vasija,
de escuchar mis despojos crepitando en el fuego,
de regresar al mundo rasgando la neblina
sin el ímpetu joven de mis cansados huesos.

Y tuve tanto miedo que corrí a toda prisa,
sosegué mis demonios y vencí mis infiernos
y acaricié la luna que en el cielo fulgía
para hacer con su luz un rosario de versos.

Y heme aquí, semiausente de la azarosa vida,
buscando en las palabras mi paz y mi sustento,
desentrañando formas, desempolvando rimas,
solitario y callado, como si hubiera muerto.



ELHI DELSUE

24 julio, 2015

Oda a la soledad | Ode to loneliness

 
Fotografia de Bruno Abarca © , Budapest, Hungría


Afuera está lloviendo, ¡llueve tanto!,
pero dentro no tengo ni una lágrima.
Dormita en su latebra el verso huraño,
las horas regurgitan su arrogancia.
Canto a la soledad, al desamparo,
a la luna escalfándose en el agua,
al dolor de un amigo, al viento canto
y al sauce que en la tierra se derrama.

Afuera está lloviendo, ¡llueve tanto!,
cada gota es espejo de mi rabia
y la rabia vasija entre mis manos,
y mis manos palomas de la infancia.
Llueven matices sobre el folio blanco:
los gualdos mueren, los azules braman,
los rojos mielan los naranjas ácidos,
el gris es un racimo de nostalgia.

¡Ay, soledad que vences mis mamparos
y los desbordas con tus aguas cálidas!,
que traes el rumor de mil heraldos,
que corroes, que dueles con tus llagas.
¡Ay, soledad que ignoras mis reclamos,
que no dices adiós cuando te marchas!
y dejas tras la huella de tus pasos
migas de luz que el tiempo nunca alcanza.

Afuera está lloviendo, ¡llueve tanto!,
tengo resecos corazón y alma.
Inciensa el aire el humo del cigarro,
mis demonios se ahuyentan como piara,
se esconden en la grieta del descanso
y beben de la hiel de las palabras,
cruzan caminos que jamás cruzaron,
abren heridas que creí sanadas.

Afuera está lloviendo. ¡llueve tanto!,
pero dentro no tengo ¡ni una lágrima!



ELHI DELSUE

25 junio, 2015

Una historia de títeres | A history of puppets

 
«The Puppeteer» Obra del artista polaco Jerzy Kedziora, 2012


No sé por qué me causa tanta pena
la vida imperturbable de los títeres...
será porque no soy de este guiñol
uno de sus muñecos infelices,
fantoche de los hilos de una cruz
que pretende auditorios imposibles.

Un día soy bufón y equilibrista,
monigote pintado de carmines;
otro, fiel espantajo de mí mismo,
mimo del aire, como el aire libre.

Soy quizá lo que odio y lo que amo,
un 'espántalo y ven', un verso en ristre,
un Pierrot solitario, el rastro trémulo
de alguna lágrima bañada en rímel.

Eso soy, el quizás, el pude, el siempre
de una voz que trasciende lo inaudible,
espíritu funámbulo del mundo
que no sabe de bridas ni de límites,
ni retablos, ni escenas, ni temores,
como un trebejo ante la muerte: firme.

No sé por qué me causa tanta pena
la vida imperturbable de los títeres...
será que tengo el corazón de trapo
y las manos repletas de confites,
que mi fuerza es la mueca indoblegable
que habita en las vorágines sutiles,
que hace ya medio siglo que cortaron
el hilo umbilical con el que vine,
y estos otros que cuelgan de mi cuerpo
para nada los quiero, ni me sirven...

No sé por qué me inspira tanta lástima
la vida imperturbable de los títeres...
con sus quijadas largas, sus dobleces,
su conciencia alienada, sus melindres
y sus ojos tan vivos como ausentes,
y su alma tan vacua como triste.​



ELHI DELSUE

20 mayo, 2015

Juguemos a ser niños | Let's play to be children


Juguemos a que el sol es una metra
que rueda caprichosa hasta tu ombligo,
que la luna no es gris, que se ha pintado
la cara de colores amarillos.

Juguemos a que el viento nos descubre
detrás de los arbustos escondidos
y silba entre los médanos tu nombre
su sibilante voz de gurrufío.

Juguemos a que somos dos tahúres
que amañaron los dados del destino,
que tenemos el mundo a nuestros pies
y de naipes un mágico castillo.

Juguemos a bailar sobre la tierra…
zaranda, yo trompo ligerito;
yo pozo de madera, cuerda y viento,
tú muñeca de trapos y flequillos
con tu pelo de estambre y tus mejillas
rosadas cual geranios encendidos.

¡Toma mi mano, entremos a la ronda!
¡Alelimón, qué lindo tu vestido!
Juguemos al amor, que está sembrado
de tupidas acacias el camino.

Juguemos a soñar, que el tiempo pasa
y la noche encendió su farolito.
Mañana, cuando al alba despertemos,
¡nunca más volveremos a ser niños!


ELHI DELSUE
20.05.15

13 mayo, 2015

Plegaria marina | Prayer sea

 «Il Christo Degli Abissi», obra del escultor italiano Guido Galleti, 1954
Bahía de San Fruttuoso - Liguria, Italia Noroccidental
(A mi padre)


¡Ven, Oh Muerte, y empuña tu guadaña!
que su hoja atraviese presurosa
las algas de mi pecho y, victoriosa,
alimente mi sangre vuestra entraña.

¡Conmina a tus legiones y no tardes!,
que tengo ya la fe y el alma muertas;
ya vencí en marejadas más inciertas
y el mundo no perdona a los cobardes.

Yo volveré a ser isla, viento y vela,
a beber las estrellas de los charcos
y tornaré a los puertos y los barcos
para ser de la playa centinela.

Dios te ató con sus anclas a mi sino,
mas si me concediese la osadía,
de hinojos frente al mar le pediría
ser gaviota, ser padre, ¡ser marino!



ELHI DELSUE
13.05.15

03 mayo, 2015

Elocución de la noche | Elocution night

 «HUSH», arte abstracto. Obra del artista hongkonés Vinn Wong.


Habla la noche, y en su elocución,
todas las inflexiones de su voz
se agolpan como un grito en mis oídos...

Pulsa el viento sus ásperos metales,
los flamboyanes baten sus sonajas,
la lluvia silabea sobre el mármol
y la luna, preñada de fulgores,
con su frágil y hermosa vestidura,
deja caer su claridad de plata
sobre el oscuro corazón del mundo.

Frican los grillos sus tediosas alas,
las cigarras afinan sus timbales
y desde la laringe de la tierra
emanan como roncas letanías
sílabas caprichosas que se escancian
desde el odre del alma hasta los versos.

Los cirios, las plegarias y las flores
sobre las lápidas se han vuelto inútiles;
los gusanos no saben de retórica
ni los pájaros saben conjugar,
pero huéspedes son de nuestra carne
y del espíritu inefable música.

En la onomatopeya de los árboles
que crujen se revela, majestuosa,
la prosodia perfecta del lenguaje...

Parecieran surgir desde un abismo,
como una fantasmal imprecación,
los íntimos vocablos que ayer fueron
atalayas de luz y fantasía...
El anagrama intacto de una piel,
los adverbios de tiempo detenidos,
desinencias verbales del dolor
en la etimología misteriosa
de una palabra que olvidé nombrar:

«Amor» que nace, crece, vive y muere,
como el ciclo infinito de una lágrima...


ELHI DELSUE
03.05.15

19 abril, 2015

Epílogo | Epilogue

 «Antes de...» Óleo sobre tela, obra del artista chileno Martín Riveros ©, 2010

A mi madre...​

¡No me levantes!, deja que mis pies
palpen las blancas vísceras del aire,
que lo que ayer fue lazo
hoy es horrenda soga,
y es la muerte fatídico presagio
y la felicidad, simple entelequia.

No mires los espasmos de mis ojos,
no beses las tinieblas de mis manos,
que lo que ayer fue eterno
hoy es clamor del polvo,
y es la vida el cantil hacia un calvario
coronado por cruces en la cima.

No digas, madre mía, que fui solo
pálido lis que flageló el invierno,
si hallé en la poesía
todo el calor divino
que no encontré jamás en otro fuego,
ni otro sol, ni otro vientre, ni otro hogar.

No hurgues en la umbría de mi fe
mis alucinaciones y demonios;
abre veredas nuevas
con tus dolores viejos
y en el altar, refugio de tus santos,
ponme, madre, de hinojos ante Dios.

Ábreme con cuchillos de la aurora
para que broten todas las luciérnagas
que quedaron cautivas
en mi sangre quijote,
y amarra en los puntales de la noche
los volantines que jamás icé.

Esparce las cenizas de mis versos
en las aguas del Mar de las Antillas
¡Que surquen victoriosos
continentes de espuma
y renazcan blanquísimos de luz
en los silos poéticos del alma!


19.04.2015

19 febrero, 2015

Tú me recuerdas la ciudad dormida | You remind me of the sleeping city


A Ana Cevallos Carrión


Tú me recuerdas la ciudad dormida,
lejano amor de corazón lojano,
un pesebre ataviado de luceros,
una luna incendiando los tejados.
Me recuerdas la súbita esperanza
de un lirio floreciendo en el ribazo
que separa tus sueños de los míos,
un libro virgen, un silencio extraño,
un tropo refugiando una palabra,
una gasa de nube, el sol de marzo.

Tú me recuerdas la sonrisa franca,
las lágrimas de un sauce sobre el lago,
el aria triste de un trinar de aves,
una llovizna acariciando el páramo.
Me recuerdas la voz apasionada
del viento jugueteando en Catamayo,
el amor germinando en las pupilas,
el volantín voluble de los años...

¡Todo me lo recuerdas! porque tú
tienes la ubicuidad de lo sagrado,
la fuerza de una ola embravecida,
el ímpetu furioso de un disparo.

Huir de ti no puedo, aunque quisiera,
y ser de mí, te juro, lo he intentado.
Y aunque cerraran todas las ventanas
y se ajaran las rosas de tus labios,
¡No te vayas, Amor, que todo queda!,
¡No te alejes de nuevo y ponte a salvo
de todos mis desaires y de mí!,
que está la copa llena entre tus manos
y lo dulce y divino es un misterio
que suele develar el vino amargo.

Tú me recuerdas la ciudad dormida,
lejano amor de corazón lojano.


19.02.15

21 enero, 2015

Soneto del amor que no fue | Sonnet of love that could not be

«Lorsque le vent viendra» | «When the wind will come» (2007)
Obra del fotógrafo francés Gilbert Garcin ©



Ayer, cuando los besos nos robaban la voz
y la playa era cómplice de abrazos clandestinos,
te amaba y no sabía ─lo supo acaso Dios─
que nunca lograríamos unir nuestros destinos.

Fuimos hiedra trepando un muro de rencores,
cipselas caprichosas jugueteando en el viento,
y lucieron sus álficas vestimentas las flores,
y se tornó el estío en invierno violento.

Hoy ya no queda nada, sino el crujir del fuego
en el que ardieron tantas ilusiones hechizas;
nada queda, tan solo este dolor que ruego
al tiempo inexorable lo convierta en cenizas.

Si fue amor, no lo sé, y jamás lo he sabido:
pudo haber sido amor, ¡pudo haber sido olvido!


21.01.15

05 enero, 2015

El beso del hastío | The kiss of boredom


Cala profundo el frío cada espacio
de mi cansada y frágil osamenta;
la noche, de luceros somnolienta,
es de mi muerte su mejor prefacio.

Se exacerba el dolor, llueve despacio
en mis ojos y leve el verso intenta,
como un rayo de sol tras la tormenta,
nacer y en el intento lo desgracio.

Se duerme en el regazo de la aurora,
luego extiende sus alas y florece
en el pensil del alma cual rocío.

Y, mientras tu recuerdo me devora,
se me nubla la sangre y estremece
un beso las entrañas de mi hastío.


05.01.2015

Contacta a Elhi Delsue