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09 agosto, 2015

Réquiem a dos voces | Requiem for two voices

  

«Cuando miré el primero de todos mis cadáveres
fue la primera vez que en verdad sentí miedo…»
...

Reposaba en la mesa de aquella morgue fría
con los ojos abiertos como buscando el cielo,
con un velo de polvo cubriendo mis pupilas
y mis frágiles manos cruzadas sobre el pecho.

Un rictus de temor en mi rostro bullía...
Tenía el corazón terriblemente ileso,
ungida ya la frente, lívidas las mejillas
y truncado en los labios el postrer Padrenuestro.

Allí estaba, dormido en mi cuna sombría;
mi madre me arropaba con un manto de besos
y en la suprema hora, tan siniestra y tan íntima,
bendije haber nacido de su amoroso seno.

Sentí miedo de ser de la Muerte vasija,
de escuchar mis despojos crepitando en el fuego,
de regresar al mundo rasgando la neblina
sin el ímpetu joven de mis cansados huesos.

Y tuve tanto miedo que corrí a toda prisa,
sosegué mis demonios y vencí mis infiernos
y acaricié la luna que en el cielo fulgía
para hacer con su luz un rosario de versos.

Y heme aquí, semiausente de la azarosa vida,
buscando en las palabras mi paz y mi sustento,
desentrañando formas, desempolvando rimas,
solitario y callado, como si hubiera muerto.



ELHI DELSUE

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