"Mientras el río corra, los montes hagan sombra y en el cielo haya estrellas,
debe durar la memoria del beneficio recibido
en la mente del hombre agradecido." (Virgilio)
Te elevas arañando la belleza
del manto primoroso de tu cielo,
sintiendo de lo verde agreste celo,
hendiéndote en la tierra con tristeza.
Repudian tus costillas la aspereza
que aleja de las aves el consuelo,
y llora sin cesar el arroyuelo
del blando corazón de tu corteza.
¿Porqué has renunciado a tu alegría,
si ha sido la natura bondadosa
al darte tan liviana y noble cruz?...
No fue con tus espinas que aquel día
trenzaron la corona ignominiosa
que hirió la santa frente de Jesús.
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