Puedo abrirle mi pecho a los fusiles
y atravesar el verde de los montes,
navegar hacia inciertos horizontes,
vencer murallas, derribar rediles.
Puedo elevarme en el amor de miles
y abrazarme a la muerte sin aprontes,
ser tropel de cigarras y cenzontes
o silenciar la ira a los hostiles.
Pero nunca me dejes sin tus besos,
aguamiel de tus labios que, posesos,
encienden las cenizas de mi hoguera.
Para sentirme amado en la batalla
y vivo en el fragor de la metralla,
¡no me niegues tus besos, compañera!
ELHI DELSUE
07.06.2014
Un espléndido soneto, mi amigo, donde la inesperada y maravillosa resolución de los tercetos me ha dejado encandilado.
ResponderEliminarTorno a dejar a pie de tu obra, mi sincera muestra de admiración y reconocimiento para ti y tu sin par poesía.
Gracias Elhi, por tantos impagables momentos de lectura.
Un fuerte abrazo.
Como te ha dicho tu amigo Luis, un espléndido soneto marótico que aparte de la calidad evidente deja un gran sabor de boca con esa distribución final de los tercetos. Eres un artista consumado y admiro y reconozco tu obra
ResponderEliminary por eso te doy las gracias por hacernos disfrutar de tan excelsa poesía.
Miguel Angel. (Byron49)
Encontré tu soneto por casualidad en la pagina de un amigo del face, quedé tan impresionado que tenia que decírtelo , un fuerte abrazo catalán
ResponderEliminar