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23 febrero, 2012

Nada ni nadie | Nothing and nobody



No hay salmo que exorcice este espíritu inmundo
que me mira con ojos de efigie invulnerable
y me muestra su voz crujiendo en las escarpias...

No hay beso ni palabra que doblegue el temor
de sentirme tan solo, friolento y desnudo,
como aquella mañana que emergí victorioso
del vientre luminoso y dulce de mi madre.

No preguntes a nadie de quién son esas cruces
que hallaste germinando en medio del camino.
No lustres ni martilles el bronce enmohecido
del viejo campanario que ensordece mi alma.

No hay Neruda que ablande esta melancolía
no hay canción de Serrat, de Milanés o Silvio,
no hay un Corintios 13, ni nada que me inspire
y la delgada voz del ángel de mi guarda
es solo el croscitar de un manojo de cuervos
horrendos y sombríos desovando silencios.





23.02.2012

19 febrero, 2012

Ovinanza Nº 1

El ovillejo es una estrofa formada por diez versos de arte menor. Se compone de tres pareados octosílabos alternados con versos quebrados (tetrasílabos o trisílabos), y de una redondilla octosílaba que sigue la rima del último pareado. El último verso de la composición recoge los tres quebrados anteriores. Su estructura es, pues, la siguiente: aabbcccddc, con rima consonante.

Los primeros ovillejos conocidos son los escritos por Miguel de Cervantes, tres de ellos en el capítulo XXVII de El Quijote. Su uso se reduce posteriormente, aunque, además de recordarse los del Siglo de Oro, se escriben en el Neoclasicismo, Romanticismo (un ejemplo son los del Tenorio, de Zorrilla) y Modernismo. Unamuno escribió ovillejos sustituyendo los octosílabos por endecasílabos.

El poeta de origen argentino, Jorge Busch, es creador de una innovación semántica y estilística del ovillejo: la ovinanza. A este respecto, nos comparte la siguiente anécdota: «Yo nunca había compuesto un ovillejo -lo que me daba un poco de complejo-. Los ovillejos de Cervantes tienen la estructura, en los 6 primeros versos, de Pregunta, Respuesta, Pregunta, Respuesta... Se me ocurrió entonces que las preguntas podían ser del que trataba de adivinar, y las respuestas del que daba pistas para la adivinanza... Así surgió mi primer ovillejo, que luego fue ovinanza.»

-¿Será que no se detiene?
-Va y viene.
-¿Lo que semejante sea?
-Marea.
-¿Acaso algo nuevo ocurre?
-Aburre:
mientras la arena transcurre
cuenta los granos que pasan
solo los roces lo atrasan.
Va y viene, marea, aburre.

(El péndulo, Jorge Busch)
04.02.2012 --

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(Siguiendo el rumbo de Jorge Busch)

Tiene en su casco y petral
metal;
es su oscuro corazón
carbón
y su piel suave y ligera
madera.
Elegante cual palmera,
de los folios compañero,
universal y pionero:
metal, carbón y madera...

(El lápiz, Elhi Delsue)
19.02.2012--

17 febrero, 2012

Job (III Parte)

JOB
Tercera Parte. Job 38:36 - 39:25
(Paráfrasis poética en alejandrinos blancos)

Esta es la tercera y última entrega de esta paráfrasis poética
en alejandrinos blancos basada en el Libro de Job, capítulos 37:14 al 39:25.


Su esposa le imprecaba: ¡maldice a Dios y muérete!
Sus amigos trataron de quebrantar su fe...



Escucha, amado Job, las cosas que te digo;
detente y reflexiona sobre las maravillas
que en su gracia infinita ha creado el Señor:


¿Quién dio sabiduría al corazón del hombre
o quién inteligencia le dio al entendimiento?

¿Cazarás tú la presa para el fiero león
o saciarás el hambre de sus pequeñas crías
cuando estén en sus cuevas acechando en silencio?

¿Quién es el que prepara al cuervo su alimento
cuando sus pollos claman y graznan hacia Dios
y bullen en sus nidos sin comida y errantes?

¡Oh, dime, amado Job!: ¿conoces el momento
en que las cabras dan a luz entre las breñas
o has mirado a las ciervas al tiempo de su parto?...
Se encorvan para dar a luz a sus criaturas
y paren dando grandes y estridentes bramidos;
después sanan los hijos y crecen con el grano,
salen y nunca más regresan con su madre.

¿Quién dejó en libertad al asno de los montes
o quien en un instante soltó sus ataduras?...
Le di casa en desierto y albergue en tierra estéril;
él desprecia el gentío de las grandes ciudades
y no escucha los gritos de su amo inclemente.

¿Por ventura querrá servirte el unicornio?
¿Lo uncirás con coyunda para que luego labre
sumiso en pos de ti la tierra de tus valles?
¿Te fiarás acaso de su imponente fuerza?

¿Sabrías tú al caballo dotar de valentía
o a su imponente cuello vestirlo de relinchos?
¿Le ahuyentarás acaso como a alguna langosta?...
Escucha el resoplido que exhalan sus narices,
cómo escarba la tierra y se alegra en su fuerza,
se encabrita con brío y corre con ardor
al encuentro inminente de enemigos armados.
Se burla del espanto, no recula ni teme,
jamás vuelve su rostro delante de la espada.
Contra él vibra el hierro, el ruido de la aljaba,
las lanzas y las picas, el metal y el escudo
y, lejos de asustarse, espuma y tasca el freno
--parece que quisiera sorber toda la tierra--
¡Ea, vamos allá!..., pareciera decir.
No le teme al estruendo de la guerra y clarines
no huye a la batalla, ni al clamor ni a los príncipes. (39:19-25)


Escucha, amado Job, las cosas que te digo;
detente y reflexiona sobre las maravillas
que en su gracia infinita ha creado el Señor.





17.02.2012

16 febrero, 2012

Job (II Parte)

JOB
Segunda Parte. Job 38:15-31
(Paráfrasis poética en alejandrinos blancos)

Esta es la segunda entrega de un trabajo en alejandrinos blancos
basado en el Libro de Job, capítulos 37:14 al 39:25


«Job and his friends», obra del ilustrador francés, Gustave Doré.


Escucha, amado Job, las cosas que te digo;
detente y reflexiona sobre las maravillas
que en su gracia infinita ha creado el Señor:


Quedarán los impíos sin gloria ni esplendor
y su poder excelso les será arrebatado.

¿Te has adentrado acaso en la hondura del mar
o paseado un día por su abismo insondable?

¿Se te han abierto acaso las puertas de la muerte
o has llegado hasta aquellas entradas tenebrosas?

¿Conoces el camino que lleva hacia la luz
y en qué lugar están guardadas las tinieblas,
a fin de que pudieras conducir a ambas cosas
a sus propios lugares como quien ya conoce
el camino que lleva a sus habitaciones?

¿Sabías desde antes que habrías de nacer
o conoces el número exacto de tus días?

¿Por ventura conoces los silos de la nieve
o has mirado tal vez dónde guardo el granizo,
los cuales tengo siempre dispuestos para usar
el día de la guerra, la angustia y la batalla?

Explícame en qué forma se propaga la luz
o cómo se reparte el calor de la tierra.

¿Quién repartió conductos al furioso turbión
y señaló el camino al trueno y al relámpago
para llevar la lluvia a la tierra desierta
y al saberla sedienta, erial e inhabitable,
hizo sobre la hierba que nacieran renuevos?


Dime ¿quién es el padre del rocío y la lluvia?
y la helada del cielo... ¿sabes quién la engendró?

¿Podrás tú por ventura atar o detener
las brillantes estrellas que nacen de las Pléyades
o trastocar el giro del prominente Orión?


Escucha, amado Job, las cosas que te digo;
detente y reflexiona sobre las maravillas
que en su gracia infinita ha creado el Señor.





16.02.2012

Job (I Parte)

JOB
Primera Parte. Job 37:14 - 38:13
(Paráfrasis poética en alejandrinos blancos)

Esta es la primera entrega de un trabajo en alejandrinos blancos
basado en el Libro de Job, capítulos 37:14 al 39:25


Santo Job, del pintor francés León Bonnat (1880) Museo del Louvre, Paris.


Escucha, amado Job, las cosas que te digo;
detente y reflexiona sobre las maravillas
que en su gracia infinita ha creado el Señor:


¿Sabes tú por ventura cuándo ha mandado Dios
a las lluvias que hiciesen aparecer la luz
en hermoso concierto sobre su blanca nube?
¿Acaso averiguaste cuáles son sus caminos
y la ciencia perfecta de aquel que las gobierna?

¿No es así que se ponen calientes tus vestidos
cuando en la tierra cae el sol del mediodía?

¿Acaso fabricaste junto con él los cielos
tan sólidos y estables cual espejos de bronce?

¿Quién es ese que envuelve mis preciosas sentencias
con palabras nacidas de la misma ignorancia?

Ciñe ahora tus lomos como varón y dime:
¿En dónde te encontrabas cuando eché los cimientos
de la tierra que habitas? ¿Quién tiró sus medidas?
¿Quién asentó la piedra angular de sus bases
cuando me enaltecían en el cielo los astros
y estallaban en voces de júbilo los ángeles?

¿Quién al mar le dio diques cuando se derramaba
por fuera como un hijo del vientre de su madre?,
por vestidura suya yo le puse las nubes,
como a un niño en pañales lo envolví con tinieblas
y fijé sobre él mis decretos y límites
y díjele: ¡Hasta aquí llegarás nada más!
¡Aquí quebrantarás la hinchazón de tus olas!

¿Has podido algún día de tu vida en el mundo
poner a la mañana o al alba en su lugar?

¿Has cogido en tus manos la tierra y sacudídola
a fin de eliminar de ella a los impíos?...


Escucha, amado Job, las cosas que te digo;
detente y reflexiona sobre las maravillas
que en su gracia infinita ha creado el Señor.






16.02.2012

03 febrero, 2012

Me Dicen Poeta | They tell me poet





Porque puedo domar alguna estrella
con un lazo de luz, o cincelar
el silencio de mármol de tus labios;
porque la soledad de mí se apiada
y me puebla de numen y de espantos
mientras clavo mis alas en su espalda...
me dicen poeta.

Porque llevo prendido un lirio azul
en todas las vasijas de esta noria
que alborota mi sangre y me desvela;
porque vivo mi muerte postergando,
envidiando a los ríos y a las aves,
porque canto a la vida y a la tierra...
me dicen poeta.

¡Si tan sólo supieran!...

Yo no sé seducir metáforas audaces,
ni trocar los tizones de mi verbo
en prístinos diamantes.

Sólo tiño de añil estos pendones blancos,
sin conocer siquiera el color de tus ojos,
ni a qué saben tus besos, ni cómo fue la brisa
a pronunciar tu nombre.

Yo no puedo beberme un lóbulo de sol,
ni comprender la noble paciencia de la oruga,
ni entender porqué siempre las palomas
se ensañan con la paz de las estatuas.

Yo no concibo el mar sin su luz ni su olor,
ni comprendo qué piensa la rosa de la espina,
ni la cruz del tormento,
ni el perdón de la cruz,
ni el beso del perdón,
ni la herida del beso,
ni la sal de la herida,
ni el agua de la sal,
ni la roca del agua...

¡Yo no soy un poeta!... soy tan solo
un halo diminuto de su sombra...


 03.02.2012

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